Bienvenidos a Teoría de la unificación
En el proceso está implícito todo lo que ha sucedido y escrito todo lo que sucederá.
Prologo
La secuencia de Fibonacci, la proporción áurea, el
principio holográfico, los fractales, la entropía, el
entrelazamiento cuántico ☯ .
El espacio parece ser una matriz que organiza la
energía. El arquitecto del cosmos, todo lo que existe en
el tiene su firma.
En el proceso está implícito todo lo que ha sucedido y escrito todo lo que sucederá.
Algunos estudios comparativos (como los de Franco Vazza y Alberto Feletti, astrofísico y neurocirujano) han
mostrado que la distribución de la materia en el universo, galaxias unidas por filamentos de materia oscura
guarda una sorprendente similitud estructural con las redes neuronales del cerebro humano. Ambos
sistemas tienen:
-
Nodos (galaxias o neuronas) conectados por filamentos (materia oscura o axones).
-
Una proporción comparable de masa y energía activa frente a inactiva (alrededor del 30 % “operativo”
en ambos casos). -
Y una eficiencia de transmisión de información similar en sus redes, pese a las escalas tan distintas.
Desde una mirada poética, uno podría decir que el cosmos piensa, o al menos se organiza de manera
consciente, con cada galaxia como una chispa de ese pensamiento universal.
Y si lo vemos desde la filosofía o la mística, resuena con intuiciones antiguas: el Anima Mundi, la mente
cósmica, o la idea de que la conciencia no es producto del cerebro, sino que el cerebro es un nodo más
dentro de la conciencia universal.
Vamos a explorar esa idea desde el lado científico, con rigor pero sin perder la maravilla que la inspira.
1. Similitud estructural
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El universo visible contiene unos 100 mil millones de galaxias, distribuidas en una red cósmica de filamentos conectados
por nodos (los cúmulos de galaxias) y separados por enormes vacíos. -
El cerebro humano tiene unos 100 mil millones de neuronas, conectadas por sinapsis en una red que también muestra
una organización jerárquica: nodos densos unidos por fibras que cruzan espacios relativamente vacíos. -
Ambas redes tienen una distribución fractal, es decir, patrones que se repiten a diferentes escalas.
-
Si se mide su “complejidad de red” (grado medio de conexión, modularidad, eficiencia de transmisión y entrelazamiento
cuántico), los resultados son sorprendentemente similares, pese a la diferencia de 27 órdenes de magnitud en escala.
2. Distribución de materia y energía
En el universo, alrededor del 70 % corresponde a energía oscura (no visible, pero dominante), un 25 % a materia oscura, y solo
un 5 % a materia bariónica (lo que forma las estrellas, planetas y nosotros).
En el cerebro, solo alrededor del 30 % de la masa neuronal participa activamente en señales eléctricas en un momento dado;
el resto cumple funciones estructurales o de soporte.
Ambos sistemas parecen mantener un balance entre actividad e inactividad que optimiza el flujo de información o energía.
3. Flujo de información
Tanto el cerebro como la red cósmica muestran una eficiencia alta de transporte:
-
En el cerebro, las señales eléctricas viajan por redes optimizadas para minimizar el consumo energético.
-
En el universo, las galaxias y el gas intergaláctico se distribuyen siguiendo rutas gravitacionales que también maximizan la
estabilidad y la transmisión de materia y energía.
Los investigadores midieron la “densidad espectral de energía” (cómo se distribuyen las fluctuaciones de energía a diferentes
escalas) y encontraron que coincidían estadísticamente entre el cerebro y el universo observable.
4. Implicaciones
Esto no significa que el universo piense literalmente, pero sí sugiere que existen principios de autoorganización universales que
actúan desde las escalas subatómicas hasta las galácticas:
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Economía de energía.
-
Conectividad eficiente.
-
Jerarquía modular.
-
Retroalimentación dinámica.
Algunos físicos teóricos proponen que estos principios podrían ser manifestaciones de una información fundamental, más
básica que la materia y la energía.
En ese sentido, la física de la información (como la teoría del entrelazamiento cuántico) y la cosmología comienzan a
encontrarse con las preguntas que antes eran solo filosóficas:
👉 ¿Es la conciencia una propiedad emergente del universo?
👉 ¿Existe una “mente cósmica” en la que participamos?
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